En el noroeste de la provincia de Cáceres y
haciendo frontera con Portugal, el Parque Cultural Sierra de Gata aglutina unos
parajes sorprendentes de esa Extremadura de silencio, que aun deja constancia
del aislamiento geográfico de antaño. Suaves montes de castaño y pino, fértiles
tierras de olivar e inmensas dehesas donde el ganado se cría tranquilo, y en
las que al llegar el otoño se despliegan todos los olores y colores, componiendo
una estampa maravillosa. Si a todo eso unimos esa lengua autóctona, A Fala, de
la que en cada pueblo de la sierra encontramos una variante, el resultado no
puede ser otro que un rincón exquisito y un remanso de paz. Y de su
gastronomía, ni hablemos.
Aun sin la atención promocional de la que sí gozan
“El Jerte” y “La Vera”, Sierra de Gata se va abriendo camino poco a poco aupada
por las notables mejorías de comunicación, autentico y ancestral problema de
las zonas fronterizas, y el auge moderado de los alojamientos para viajeros,
todo ello sin perder los detalles de su pureza, encanto y particularidad, que
atraen cada vez más a un numero amplio de personas que buscan con avidez
paraísos perdidos. Localidades casi medievales con construcciones de granito,
pizarra y madera que no dejan dudas de su antigüedad y del buen hacer de sus
gentes.
En la pequeña localidad de Trevejo (17 habitantes
censados) nos sorprenden al llegar los imponentes restos del castillo de origen
árabe y destruido completamente por las tropas de Napoleón. Las vistas desde
sus muros sobre el valle son imponentes. Hasta el se ha de acceder atravesando
una hilera de casas de piedra, que permiten atisbar la silueta del castillo al
final del sendero. Es Trevejo un lugar alejado de ruidos y pleno de
tranquilidad, si es esto lo que buscamos. Podremos certificarlo si decidimos pasar
allí la noche, pues dispone de un lugar mágico, Los Apartamentos Rurales A Fala
(www.apartamentos-afala.es), que
mantienen la estructura y construcción típica de la zona. Y si solo disponemos
de un ratito de descanso, que mejor que pasarlo en el bar del Pueblo, “El Buen Avío”, donde te aseguran el
disfrute.
Dejando ya Trevejo, hemos de pasar de nuevo por
Villamiel, localidad mucho más poblada y donde hemos de rendir visita a Jesús,
zapatero artesanal natural de Guadalajara, que realiza trabajos de piel por encargo
y personalizados, incluyendo cinturones, carteras y demás complementos. Su
pequeño negocio denominado “De Piel” (www.loyospiel.es) es conocido
por todos los habitantes, con lo que llegar hasta él no supondrá problema. También
en Villamiel podríamos optar por acercarnos hasta una bodega tradicional, “Soledad 41”, una preciosa casa del
centro del pueblo donde elaboran vinos propios a muy pequeña escala con viñas
de Sierra de Gata. Vinos peculiares pero atractivos al paladar, con los que
Daniel cumple con el objetivo marcado por su tatarabuelo.
San Martin de Trevejo es quizás el pueblo con mas
carácter de la sierra, con una Plaza Mayor porticada y calles empedradas por
donde corre el agua que baja de la montaña. Recorrerlo despacio oyendo hablar
en fala a sus habitantes más veteranos, nos transporta a muchos años atrás en
los que gentes procedentes del noroeste de España se asentaron en estas tierras
y, cómo no, trajeron su lengua autóctona astur-galaico-leonesa. No tendremos
problemas de alojamiento ni de restauración. En el centro del pueblo
encontramos una taberna,” A Boiga do
Viñu”, excelente y acogedor el interior y el trato de Julián a sus
visitantes es fantástico. A poca distancia encontramos el Hotel Rural “El
Duende del Chafaril” (www.hotelruralelchafaril.es), magnifica casa-palacio
acondicionada como precioso hotel con un restaurante sobresaliente. Ya a las
afueras del pueblo, el Convento de San Miguel, del siglo XV se ha reconvertido
como hotel, La Hospedería Conventual Sierra de Gata (www.hospederiasdeextremadura.es), en un
enclave perfecto para el descanso y con un restaurante donde Raúl, su chef, no
dejará de sorprenderte con una estupenda cocina de autor utilizando los
productos de la zona.
Uno de los mejores ejemplos de la arquitectura
autóctona del Parque Natural Sierra de Gata, lo encontramos en Robledillo de
Gata. Pasadizos y estrechos corredores surcan toda la localidad junto al
pequeño rio que la atraviesa. Piedra, pizarra, adobe y madera se conjugan para
dar empaque a todas sus callejuelas que nos transportan a esa edad media tan
lejana en el tiempo. No dejar pasar la ocasión de visitar la Parroquia de la
Asunción, con un bello artesonado en la Sacristía y un acceso empedrado
excelentemente conservado. Encontraremos también, haciendo honor al cultivo
local, un museo del aceite, El Molino del Medio (www.molinodelmedio.com), donde
conservan aun todos los utensilios antiguos para la obtención del aceite. Allí
también disponen de tienda y apartamentos para una estancia deliciosa. Y en la
parte alta del pueblo, la “Casa Rural Luna Menguante” (www.luna-rural.com), es una
excelente propuesta para un completo relax.
Casi lindando con Portugal (a solo 16 km) se hace
imprescindible pasar por Valverde del Fresno. El pueblo no tiene nada que
envidiar al resto de los de la zona aun no disponiendo de la magia que
desprenden los antes mencionados, aun que lo suple con una encomiable apuesta
por la cocina. Y no tengas dudas de que lo han conseguido. En una estrecha
calle del centro del pueblo, la de Francisco Pizarro, se localiza el “Bar Inocencio”, en funcionamiento desde
los años 40 con oferta de la denostada casquería y amplio surtido de raciones,
actualmente está regentado por las hermanas Sonia y Lidia, que han conseguido
mantener la tradición culinaria pero adaptándola a los tiempos actuales, con
unos precios excelentes.
Pero hay más en Valverde del Fresno. No busques
excusas y haz un alto en la Avenida de Portugal y entra en “Casa Laura”, pequeño y acogedor negocio
familiar en el que Fátima y José elaboran con esmero y mimo comida casera, partiendo
de productos de su propia huerta y de explotaciones de la zona. En la cocina y
realizando una labor esencial, siempre está atenta Laura, madre de Fátima.
Entre los tres han conseguido mostrar platos increíbles (el bacalao
espectacular y las croquetas deliciosas) a la vez que sencillos y presentados
con esmero. Los postres es mejor que los descubráis vosotros. Y la cuenta no se
dispara, pero lo mejor sin duda es el trato que nos dan ellos. Excelente.
Y si tomáis la decisión de alojaros en Valverde del
Fresno, no dudéis mucho y hacerlo en el Hotel A Velha Fabrica (www.avelhafabrica.com), precioso
hotel rural en el que aprovechando las instalaciones de abandonadas de una fábrica
de tejidos y aceites, han conseguido crear un espacio tan bello y cómodo que su
estancia en él se hace imborrable. Las 18 enormes y acogedoras habitaciones
repartidas en dos edificaciones, algunas de ellas con acceso independiente,
junto con las muy desahogadas zonas comunes convierten la estancia en un eterno
disfrute. Para completarlo, dispone de terraza, piscina, jardines,
aparcamiento, bar y un restaurante increíble en el que la experiencia
gastronómica pone el acento en unos productos excelentes, cocinados con mucha
imaginación. No dejar pasar la ocasión de probar sus envidiables boletus, el
original pulpo o las ensaladas aderezadas con ese magnífico aceite de la zona.
Totalmente recomendable.
Entre las idas y venidas por las poblaciones de la
zona, en algún momento habrás de pasar por el pueblo de Gata. Pues haciendo un
alto en él y si es la hora de comer algo, acude al Restaurante- Asador “El Lagar”, en la calle Humilladero, un
local amplio y tranquilo en el que el buen hacer en la cocina de Sonia y Lorena
con su ensalada de naranja deliciosa y sus pimientos asados te hará tardar en
levantarte de la mesa. Y la Ermita del Humilladero a 50 metros de El Lagar,
merece una pausada contemplación. Y en el Termino Municipal de Eljas, junto a
la carretera EX205, un alojamiento para el disfrute y el relax más absoluto,
La Almazara de San Pedro (www.almazaradesanpedro.com). Hotel y Spa
con baños árabes privados, piscina balinesa y sin rígidos horarios a los que
atenerse con un personal amable al máximo. Y su cocina, excelente, con platos
de productos extremeños y diferentes cada día, realizados con tiempo y mucho
cariño por Carmen. Una experiencia inolvidable solo para adultos.
Pero como todo no debe ser comer y dormir, un rato
de diversión nunca viene mal. Para ello, nada mejor que unos paseos a caballo
en la finca El Pocito de Villasbuenas de Gata (www.rutasecuestres.com), con unas
instalaciones más que dignas para los caballos, donde son cuidados con esmero y
dedicación plena. Así podremos disfrutar de los variados encantos de la Sierra
de Gata, pues varias son las rutas que podremos realizar y con duraciones de
horas o días. Igualmente, en la finca se dispone de Posada para alojamiento si así
lo queremos, todo ello perfectamente orientado y dirigido por Rafael Alcocer y
su socia Nina. Y si nos hemos vuelto comodones, también podremos recorrer la
zona en vehículos todoterreno con la empresa Sierra de Gata en 4x4 (www.sierradegataen4x4.com), rutas
accesibles para descubrir el parque cultural y que por poco dinero nos mostrara
las maravillas de la zona, incluso llegar hasta donde no imaginamos.
En definitiva, toda la comarca que se engloba bajo
la denominación de Sierra de Gata, no dejara de sorprenderte. Artesanía,
restauración, enología, hotelería, etc., son una parte más de las aventuras
empresariales que dan impulso a estas tierras. Pero además de los reseñados,
merece la pena destacar, el proyecto ganadero de Wagyu Ibérico (www.wagyuiberico.com) que se
desarrolla en la Finca el Campete, dentro del término municipal de Santibañez
el Alto, y en la que crían este casi desconocido animal traído desde Alemania,
cruzado con vaca autóctona de la zona y criado completamente en una dehesa de
1600 hectáreas, el buen hacer de Alfonso Cobaleda, en representación de su
familia, empieza a dar los frutos merecidos.
También en Moraleja la empresa de productos
silvestres Julián Martin (www.prosiljuma.com), es un claro
ejemplo del afán emprendedor de sus gentes. Allí una moderna factoría familiar de
productos silvestres se dedica a la comercialización de setas, desde donde se
envían a todos los rincones de Europa en unas condiciones perfectas de
conservación.
Y la declarada en 2017 como la mejor Almazara de
España, Almazara “As Pontis” (www.aspontis.com) en Eljas,
donde se produce aceite de oliva virgen extra de manzanilla cacereña. Empresa
con 10 años de vida que pero que ya ha conseguido situarse a la vanguardia de
la calidad de los aceites, a pesar incluso de no tener una producción muy
extensa.
Pero todo esto sería un espejismo si no estuviera
impulsado por las personas que hacen posible el milagro. Gente amable y
generosa con el visitante, en el que vuelcan todo su esfuerzo para conseguir
que esta zona olvidada durante años, ocupe el lugar que le corresponde en el
mundo. Y todo ello en un marco de naturaleza incomparable que, en otoño
especialmente, despliega una variedad increíble de colores. Por ello, los
sueños de Otoño en Sierra de Gata, se cumplen.
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