Cuando ya se cumplen los primeros seis meses del
reinado de León, como Capital Española de la Gastronomía en 2018, un recorrido
por su provincia es la mejor manera de no olvidarnos de la variedad con la que
la provincia nos obsequia. Por ello, volver a recordar la monumentalidad de
Astorga, apreciar el paisaje casi lunar de Las Medulas, pisar las entrañas de la
tierra en la Cueva de Valporquero y sobre todo, degustar la rica gastronomía Leonesa,
nos hace sentirnos satisfechos del empeño puesto por la Diputación de León para
que se visualice lo que la provincia de León ofrece al visitante.
D. Juan
Martínez Majo, Presidente de la Diputación, nos dio la bienvenida a la ciudad
en una sencilla recepción ofrecida en su sede del Palacio de los Guzmanes,
donde se estaba exhibiendo una exposición de las diversas constituciones
habidas durante la historia de España. Tras exponer los logros conseguidos en
estos seis meses por la Capitalidad Española de la Gastronomía, en la promoción
de la ciudad y su provincia, una sencilla explicación de la historia del
Palacio y de admirar su bello claustro, nos encaminamos a recorrer los bellos
lugares que integran las tierras Leonesas.
En
el primer lugar a visitar tuvimos la ocasión de adentrarnos en las entrañas de
la montaña Leonesa, penetrando en la Cueva de Valporquero, al norte de la
provincia. Allí, recorrimos la cueva en toda su longitud, deteniéndonos en las
seis salas que la que se ha dividido, admirando las diversas formaciones
geológicas que han poblado la gruta y que la han convertido en una de las más
bellas de España. Un entorno abrupto de angostos desfiladeros de paredes
verticales de roca caliza con bellos pueblos rodeados de agua y bosques de
robles nos dieron la bienvenida.
Y ya
que estábamos cerca, no podía faltar una visita a la localidad de Coladilla,
para realizar una visita a su reconocida Quesería Artesanal, donde se nos puso
al tanto del proceso de producción de sus excelentes quesos de vaca y oveja, así
como de los yogures que allí fabrican. Más tarde otra visita, esta vez a
Vegacervera, para disfrutar del proceso de elaboración de la afamada cecina de
chivo en la pequeña empresa familiar Cárnicas Tavito. En una y otra fábrica,
disfrutamos de los olores característicos de sus productos antes de probarlos y
dar fe de la buena calidad de los mismos. Finalizamos la jornada con la
indispensable visita a la bodega Leyenda del Paramo, moderna instalación
dedicada a la producción vinícola donde nos pusieron al día de los diversos
vinos que allí envasan, como el aprendiz, el médico o el músico y que, como no,
degustamos con entusiasmo.
En
la mañana, rápido nos encaminamos a tierras del Bierzo, y junto a Ponferrada
descubrimos Molinaseca. La historia de la localidad se remonta a principios del
Siglo XI, cuando el Camino de Santiago empieza a ser el referente de
peregrinación por tierras Peninsulares. El camino cruza en pueblo a través de
su calle Real, desde el bello puente de Los Peregrinos hasta una pequeña
plazuela con un bonito monumento para conmemorar el hermanamiento con Japón, allá
por 2009.
Abandonamos
Molinaseca y tras el obligado paso por Ponferrada, nos dirigimos raudos hacia
las misteriosas y enigmáticas medulas. A las faldas de los Montes Aquilanos y
atravesadas por el rio Sil, unas antiguas minas de oro conforman un paisaje de
misterio. Puntiagudos farallones rojizos donde la civilización romana se
afanaba en la búsqueda del precioso mineral, dejando en la actualidad pasadizos
transitables en su interior. En el entorno exterior se localizan restos de
asentamientos humanos, algunos de ellos anteriores a la invasión romana.
Actualmente está declarada la zona como Patrimonio de la Humanidad. A la
entrada al Parque, un aula arqueológica nos recibe y nos da la información
necesaria para conocer el funcionamiento de las minas y explicar las diversas
obras de ingeniería y canalizaciones, que consiguieron cambiar el paisaje
original.
Ya
una vez admirado el “paisaje lunar” de que disponen las tierras del Bierzo, el
obligado paso por Astorga no se hace esperar. Nunca se cansa un viajero
empedernido de volver a maravillarse con el Palacio Episcopal, construido por
el gran Gaudí y que actualmente alberga el Museo de los Caminos. Se empezó a
construir en 1887 y no se finalizó del todo hasta los años 60 del Siglo XX.
Dispone de cuatro plantas unidas por una escalera de Caracol y en la fachada se
incluyó granito blanco. Sencillamente espectacular. Justo enfrente se ubica la
Catedral de Astorga, comenzada a edificarse en el Siglo XV es de estilo gótico tardío.
En el interior, alberga tres naves y dispone de un retablo de Gaspar Becerra.
Alberga igualmente, un Museo Catedralicio con más de 500 obras orfebres y
pictóricas ubicadas en sus 10 Salas de exposición.
Y
para complementar las visitas turísticas y culturales, que menos que darle a
los cuerpos su dosis de gula necesaria. Estando por estas tierras, no se debe obviar
una visita culinaria a Castrillo de los Polvazares, Conjunto Histórico Artístico
que conserva la arquitectura tradicional Maragata con calles empedradas y todas
únicamente peatonales. Este bello enclave dispone de excelentes restaurantes
donde se ha hecho tradición sentarse a la mesa y degustar el incomparable
cocido maragato, mientras lo acompañamos del excelente vino que por estas
tierras se produce. Nosotros tuvimos la ocasión de disfrutarlo en el
Restaurante “Casa Juan Andrés” (www.casajuanandres.es) simplemente delicioso. La atención de los
anfitriones resulta excelente mientras nos evocan los recuerdos de la historia
del local y de los muchos visitantes ilustres que por allí se acercan, según
observamos en las fotografías que llenan las paredes del local.
Y de
la capital, León, ¿qué se va a contar?. De ella se sabe casi todo, pero siempre
hay lugares desconocidos y que se te abren de pronto ante ti. Un ejemplo de
ello es el restaurante del Hotel Real Colegiata de San Isidoro, (www.hotelrealcolegiata.com) sencillamente estupendo y con cocina actual y
usando los tremendos productos leoneses. Pero como muchas veces ocurre, si no
tenemos ganas de sentarnos a una buena mesa, siempre queda recurrir al tapeo
local en los distintos barrios del húmedo y del barrio romántico. La mítica calle
ancha, separa ambos territorios, con lo cual resulta fácil intercambiarse de
uno a otro para mayor disfrute del paladar. Y para antes o después del tapeo
por la zona, que mejor que hacer un alto en la mágica Catedral de León, de la
que ya está todo dicho y solo queda volver a admirar su interior y su fachada
espectacular.
Durante
estos pocos días que pasamos en León, estuvimos acompañados y guiados
estupendamente por el Diputado de Turismo D. Genaro Martinez Ferrero y su magnífico
equipo de colaboradores, que como en otras ocasiones no dejaron cabos sueltos
para conseguir hacer que nuestra estancia en León resultase del todo
placentera. Esta es una muestra más de la tremenda implicación de la Diputación
con la Capital Española de la Gastronomía en 2018. Felicidades por el trabajo.
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