lunes, 5 de agosto de 2019

Lerma. Las Edades del Hombre son la excusa perfecta


 LERMA
Las Edades del Hombre son la excusa perfecta


Finalizando ya el mes de Junio, el día 28, y como resultado de la invitación formulada por la Consejería de Turismo de la Junta de Castilla – León, diversos asociados a la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET) tuvimos la ocasión visitar la localidad Burgalesa de Lerma, donde se ubica la 24 edición de la ya mítica exposición religiosa denominada “las Edades del Hombre”. En esta ocasión se la ha denominado “Angeli”, debido a que estos seres mitológicos son el nexo de unión de las obras expuestas.

En un día que se presumía caluroso en extremo, a primeras horas de la mañana ya estábamos en el Salón Municipal del Ayuntamiento de Lerma, donde fuimos recibidos por el Director General de Turismo de la Junta, D. Javier Ramírez y el Alcalde de Lerma, D, Miguel Ángel Rojo. Allí, y acompañados por el representante de la exposición, se hizo un rápido repaso con la estructura de la misma y diversas notas de interés que la acompañan.


Así, supimos que esta 24 edición de la Exposición, fue inaugurada por la Reina Doña Leticia el pasado 11 de Abril y que oferta unas 90 piezas provenientes de todas las Diócesis de la Comunidad de Castilla – León. Hasta estas fechas, la totalidad de visitantes a todas las ediciones se cifran en 11 millones de personas y se han expuesto un total de casi 5.000 obras de arte.


En la Villa Ducal de Lerma, esta edición ha previsto que sean tres los lugares donde se desarrolla la exposición, La Ermita de la Piedad, La Iglesia de San Pedro y el Monasterio de la Ascensión. Entre las tres sedes se han repartido todas las obras con lo cual la visita resulta de lo más amena. Si a ello unimos que el precio es módico, 10 Euros, e incluye además la visita a la Colegiata de Covarrubias y al Monasterio de Santo Domingo de Silos, la oferta se me antoja excelente y variada.


En un promontorio de la fértil vega regada por el rio Arlanza, se asienta la hermosa Villa Ducal de Lerma, elegida por don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas para desarrollar en ella uno de los conjuntos monumentales más importantes de España, con una enorme Plaza Mayor (donde se ubica el Parador de Turismo) flanqueada por palacios, casas de enjundia y conventos e iglesias. También hicieron mucho por el buen nombre de Lerma las apariciones veraniegas de José Zorrilla, pues aquí correteaba tras una moza buscando el amor, y las historias del cura Merino en su lucha contra las tropas de Napoleón.


Posee Lerma gran variedad de atractivos monumentales además de su Plaza Mayor, como son el Palacio Ducal, el mirador de los Arcos, la Colegiata de San Pedro, Convento de San Blas, la Plaza de Santa Clara, el Arco de la Cárcel o el Monasterio de La Ascensión. No hemos de dejar mencionar los pasadizos y cuevas que conectan todo el casco histórico. Recorrer todos ellos será una labor gratificante y que nos permitirá imbuirnos de la historia de la Villa


Entre paseo y visitas, no estará de más hacer un alto en una de sus afamadas bodegas, Bodegas Lerma, ubicadas en el centro de la localidad. No en vano la vega del rio Arlanza es el epicentro de la D.O. Arlanza, cuyo Consejo Regulador dispone de más de una veintena de bodegas adscritas.

Y ya que estamos por estas tierras, se antoja conveniente acercarse a Covarrubias a disfrutar de su casco histórico, recientemente remodelado y peatonalizado, con una Colegiata Gótica, la de San Cosme y San Damián, de una gran belleza y con numerosos enterramientos y delicioso claustro.


También en los alrededores de Lerma es perentorio acercarse a Santo Domingo de Silos y su afamado Monasterio Benedictino. Este dispone de un Claustro románico con relieves diversos y capiteles excelentemente conservados. No irse de allí sin entrar en la antigua botica del Monasterio, donde se conservan todo tipo de recipientes para recordar como preparaban los Monjes los remedios de la época. En el día de nuestra visita, en una de las salas del Monasterio se acoge una exposición temporal del gran pintor Antonio López. La visita a esta exposición temporal, forma parte de los complementos que rodean a la presente exposición de las Edades de Hombre. Una treintena de monjes (entre ellos, un extranjero) componen en la actualidad, la comunidad Benedictina del lugar. La oferta del Monasterio se ve completada por una agradable y austera Hospedería, por si sentimos vocación repentina. Este albergue es la fuente principal de ingresos de la comunidad, completada con la venta de entradas al enorme recinto.


Y como entre tanto trasiego, el hambre aprieta, que mejor forma de hacer una alto para la comida en uno de los múltiples restaurantes que pueblan las localidades visitadas. Nosotros lo hicimos en el Restaurante “Caracoles” de Lerma, junto a la Plaza Mayor, donde no falto uno de los manjares por excelencia de la zona, el lechazo, que acompañado de la típica ensalada y la excelente morcilla de la tierra, colmaron nuestras expectativas culinarias. Por supuesto, no faltó en mencionado anteriormente vino de Arlanza, para ayudar a la digestión.


En definitiva, y a pesar del calor, fue una excelente decisión visitar Las Edades del Hombre en Lerma.

sábado, 4 de mayo de 2019

Sierra Norte de Guadalajara, La España en Blanco y Negro


SIERRA NORTE DE GUADALAJARA
La España en blanco y negro

Durante los días 4 y 5 de abril de 2019, y como resultado de la invitación formulada por CEOE y CEPYME, La Federación Provincial de Turismo de Guadalajara y la Diputación Provincial de Guadalajara, diversos representantes de medios de comunicación tuvimos la ocasión visitar la Sierra Norte de la provincia, donde se pudo apreciar que esa gran zona desconocida, reúne todos los ingredientes necesarios para auparse a puestos destacados en la recepción de visitantes, dentro de los territorios de la España interior para los amantes de la naturaleza.


El rincón más al norte de Castilla la Mancha y limitando con Soria, Segovia y Madrid, es una de esas zonas interiores de la España desconocida. Alejada de los principales ejes de unión entre capitales y aislada entre montañas, se llega a ella tras recorrer carreteras secundarias y básicas pero que consiguieron dejar atrás los siglos de aislamiento que su orografía le confiere.


La puerta de acceso a la Sierra Norte, se puede marcar en la localidad de Cogolludo. Hacer un alto allí nos deparará alguna sorpresa, pues no se espera encontrar en la vega del rio Henares, un enorme y elegante Palacio Ducal, construido en estilo renacentista por los Medinaceli en el Siglo XV. Se localiza en la parte frontal de la bella y austera Plaza Mayor del pueblo, parcialmente porticada, y desde donde se aprecian, en lo alto de la loma, los restos del Castillo medieval. Tampoco deberíamos dejar pasar por alto una visita a la Iglesia de Santa María, en la parte alta de la localidad.

Al poco de salir de Cogolludo y tomando dirección al norte de la provincia, no estaría de más hacer un alto en la Bodega “Finca Rio Negro”. Una moderna instalación rodeada por 42 hectáreas de viñedos, con la particularidad de ser los situados a más altura de España (superior a 1000 metros) y que dan una producción anual de 200.000 botellas, de las que casi un tercio se dedican a la exportación.


Definitivamente, hemos de encaminarnos hacia el norte hasta casi encontrarnos con los límites de la provincia de Soria. Allí, a la falda sur de la Sierra de Pela, se localiza Campisabalos, el pueblo con el aire más puro de España y el tercero del mundo, y localidad con muchas connotaciones históricas que podremos recordar acudiendo al Centro de Interpretación “El Mensario”, donde se hace un repaso de las etapas románicas, visigodas y posteriormente musulmanas, vividas por la localidad. Ya dentro del pueblo, y haciendo de eje sobre el cual creció el mismo, se ubica una coqueta y pequeña Iglesia Románica del siglo XII, la de San Bartolomé, en cuyo muro se aprecia un Mensario esculpido, con un calendario agrícola.


Imprescindible después, acercarse a la localidad de Cantalojas, puerta de acceso al Parque Natural de la Sierra Norte, donde podremos deleitarnos con el Hayedo de Tejera Negra, el más meridional de los hayedos de Europa y que podremos recorrer por cualquiera de las rutas de senderismo, que dentro de él se encuentran perfectamente indicadas. En el acceso al parque disponemos de un Centro de Interpretación, en el que averiguar todo lo que ofrece la zona.

Una vez hayamos vivido el hayedo en todas sus facetas, se hace imprescindible adentrarnos en ese trozo de territorio alcarreño que con razón se denomina “de la arquitectura negra”. Saliendo de Cantalojas y sin perder de vista el mítico Pico del Ocejon, tras atravesar bonitas montañas pobladas de pinares, la carretera de retuerce sobre las lomas que marcan el curso del rio Sorbe hasta depositarnos en Valverde de los Arroyos.


Es esta una localidad de belleza sin igual. Acoplada a las montañas que la rodean y con calles empedradas y casas de piedra y pizarra (negra, por supuesto) reconstruidas perfectamente, se asemeja a un lugar por el que el tiempo no pasa. En días de invierno sus habitantes pasan con poco de la veintena y llegan hasta 60 en festivos. Si dispone de correctos alojamientos y lugares de restauración, con lo que es el lugar ideal para parar allí y solo dedicarse a disfrutar de los paisajes y los paseos por el monte. No dejar pasar la ocasión de visitar “la chorrera de despeñalagua”, una cascada situada a no más de 40 minutos a pie del pueblo y que es emblema natural de la zona.


Si dirigimos nuestra ruta al sur, tras unos kilómetros de densos pinares, se ha de tomar el desvío de la comarcal GU-186 que nos encamina hasta Campillejo, pequeño pueblo en el que no se vislumbraba nadie por sus calles, pero que merece una visita aunque sea únicamente por contemplar la muy pequeña Iglesia Parroquial, construida toda en pizarra y que constituye un claro ejemplo de la singularidad de las construcciones de la comarca. Al igual que en Valverde, el resto de construcciones de la localidad, se realizan y reconstruyen en piedra negra.


Pero quizás el pueblo más famoso y con más actividad diaria es Campillo de Ranas. No hace falta describir la belleza de las construcciones que en él se encuentran. Solo se permite la construcción y reformas con piedra y pizarra negras, y el resultado es esplendido. El pueblo, y gracias a su actual Alcalde, Francisco Maroto, se ha convertido en icono mundial de bodas y celebraciones diversas, lo que ha posibilitado que florezcan los negocios de hostelería y alojamientos, convirtiéndose así en un lugar que mantiene muchos puestos de trabajo para los habitantes de la zona. De esta forma, la despoblación aquí está mucho más atenuada que en localidades colindantes.


La siguiente parada ha de hacerse en Majaelrayo, pueblo muy conocido hace unos años gracias a uno de sus habitantes, Jesús, que saltó a la fama gracias a un anuncio de coches en televisión. Con todo ello, el pueblo se mantiene dignamente ordenado y limpio, con la belleza de las construcciones de la zona perfectamente similares y con oferta de restauración para los días festivos. El empeño y el trabajo de su joven Alcaldesa, Sonia Atienza, da sus frutos. En el humilde salón de actos de su ayuntamiento, decoran las paredes muchas fotos de sus habitantes y estampas de la vida cotidiana del pueblo. Merece mucho pasar allí un rato.


Y si ya es hora de iniciar el camino de regreso, antes hemos de hacer una parada en la Ciudad Encantada de Tamajón. Una serie de formaciones rocosas, que erosionadas por el viento y por el agua, conforman siluetas abstractas y el ocasiones fantasmagóricas. Se localiza a poco más de un kilometro de Tamajón y junto a la Ermita de Los Enebrales. Este templo se encuentra junto a la carretera y en medio del campo, pero con unas dimensiones más que considerables, para las existentes en la zona. De estilo románico, se construyo allá por el siglo XVI.


El pequeño recorrido ya termina. Tamajón marca la puerta de salida de la comarca de la Arquitectura negra y nos encamina rápido hasta Cogolludo. Antes, un vistazo rápido a Tamajón nos muestra una localidad algo más grande que las anteriores, pero que carece de algún tipo de industria y sus 123 habitantes actuales dependen del turismo de la zona como fuente de ingresos. Aun así, su alcalde, Eugenio Esteban, y el resto de la corporación hacen encajes de bolillos para mantener al pueblo en las debidas condiciones, lo cual consiguen sobradamente, e incluso disponen de Residencia de Ancianos en la localidad, para los habitantes de la zona que lo necesiten.


Aunque el recorrido relatado pueda parecer corto y realizable en poco tiempo, las sorpresas naturales encontradas en los alrededores del Pico Ocejón, recomiendan tomárselo con calma y procurar alojarse en alguno de los establecimientos disponibles. No existen muchos, pero en Campisabalos, Valverde de los Arroyos y sobre todo en Campillo de las Ranas, encontraremos variedad de ellos. Las carreteras se encuentran en estado aceptable, aunque en invierno y al ser zona de frecuentes nevadas, conviene extremar la prudencia.


De esta forma, se evidencia el estilo de vida de sus habitantes y lo complicado que nos seria adecuarnos a ello. Esa España despoblada, aunque pocos, también dispone de niños, y el esfuerzo que han de hacer ellos y sus padres para escolarizarlos es digno de recordar. Escuelas cerradas que obligan a trayectos largos y continuos. Falta de comercios para el día a día. Asistencia médica escasa y alejada también. Telecomunicaciones deficientes, con cobertura móvil muy precaria. En resumen, no disponen de una vida fácil pero desprenden amabilidad y buen hacer.


Y no olvidarse de apreciar sus maravillas culinarias.

lunes, 4 de febrero de 2019

Un sueño de Otoño en el Parque Natural Sierra de Gata


En el noroeste de la provincia de Cáceres y haciendo frontera con Portugal, el Parque Cultural Sierra de Gata aglutina unos parajes sorprendentes de esa Extremadura de silencio, que aun deja constancia del aislamiento geográfico de antaño. Suaves montes de castaño y pino, fértiles tierras de olivar e inmensas dehesas donde el ganado se cría tranquilo, y en las que al llegar el otoño se despliegan todos los olores y colores, componiendo una estampa maravillosa. Si a todo eso unimos esa lengua autóctona, A Fala, de la que en cada pueblo de la sierra encontramos una variante, el resultado no puede ser otro que un rincón exquisito y un remanso de paz. Y de su gastronomía, ni hablemos.



Aun sin la atención promocional de la que sí gozan “El Jerte” y “La Vera”, Sierra de Gata se va abriendo camino poco a poco aupada por las notables mejorías de comunicación, autentico y ancestral problema de las zonas fronterizas, y el auge moderado de los alojamientos para viajeros, todo ello sin perder los detalles de su pureza, encanto y particularidad, que atraen cada vez más a un numero amplio de personas que buscan con avidez paraísos perdidos. Localidades casi medievales con construcciones de granito, pizarra y madera que no dejan dudas de su antigüedad y del buen hacer de sus gentes.


En la pequeña localidad de Trevejo (17 habitantes censados) nos sorprenden al llegar los imponentes restos del castillo de origen árabe y destruido completamente por las tropas de Napoleón. Las vistas desde sus muros sobre el valle son imponentes. Hasta el se ha de acceder atravesando una hilera de casas de piedra, que permiten atisbar la silueta del castillo al final del sendero. Es Trevejo un lugar alejado de ruidos y pleno de tranquilidad, si es esto lo que buscamos. Podremos certificarlo si decidimos pasar allí la noche, pues dispone de un lugar mágico, Los Apartamentos Rurales A Fala (www.apartamentos-afala.es), que mantienen la estructura y construcción típica de la zona. Y si solo disponemos de un ratito de descanso, que mejor que pasarlo en el bar del Pueblo, “El Buen Avío”, donde te aseguran el disfrute.


Dejando ya Trevejo, hemos de pasar de nuevo por Villamiel, localidad mucho más poblada y donde hemos de rendir visita a Jesús, zapatero artesanal natural de Guadalajara, que realiza trabajos de piel por encargo y personalizados, incluyendo cinturones, carteras y demás complementos. Su pequeño negocio denominado “De Piel” (www.loyospiel.es) es conocido por todos los habitantes, con lo que llegar hasta él no supondrá problema. También en Villamiel podríamos optar por acercarnos hasta una bodega tradicional, “Soledad 41”, una preciosa casa del centro del pueblo donde elaboran vinos propios a muy pequeña escala con viñas de Sierra de Gata. Vinos peculiares pero atractivos al paladar, con los que Daniel cumple con el objetivo marcado por su tatarabuelo.


San Martin de Trevejo es quizás el pueblo con mas carácter de la sierra, con una Plaza Mayor porticada y calles empedradas por donde corre el agua que baja de la montaña. Recorrerlo despacio oyendo hablar en fala a sus habitantes más veteranos, nos transporta a muchos años atrás en los que gentes procedentes del noroeste de España se asentaron en estas tierras y, cómo no, trajeron su lengua autóctona astur-galaico-leonesa. No tendremos problemas de alojamiento ni de restauración. En el centro del pueblo encontramos una taberna,” A Boiga do Viñu”, excelente y acogedor el interior y el trato de Julián a sus visitantes es fantástico. A poca distancia encontramos el Hotel Rural “El Duende del Chafaril” (www.hotelruralelchafaril.es), magnifica casa-palacio acondicionada como precioso hotel con un restaurante sobresaliente. Ya a las afueras del pueblo, el Convento de San Miguel, del siglo XV se ha reconvertido como hotel, La Hospedería Conventual Sierra de Gata (www.hospederiasdeextremadura.es), en un enclave perfecto para el descanso y con un restaurante donde Raúl, su chef, no dejará de sorprenderte con una estupenda cocina de autor utilizando los productos de la zona.


Uno de los mejores ejemplos de la arquitectura autóctona del Parque Natural Sierra de Gata, lo encontramos en Robledillo de Gata. Pasadizos y estrechos corredores surcan toda la localidad junto al pequeño rio que la atraviesa. Piedra, pizarra, adobe y madera se conjugan para dar empaque a todas sus callejuelas que nos transportan a esa edad media tan lejana en el tiempo. No dejar pasar la ocasión de visitar la Parroquia de la Asunción, con un bello artesonado en la Sacristía y un acceso empedrado excelentemente conservado. Encontraremos también, haciendo honor al cultivo local, un museo del aceite, El Molino del Medio (www.molinodelmedio.com), donde conservan aun todos los utensilios antiguos para la obtención del aceite. Allí también disponen de tienda y apartamentos para una estancia deliciosa. Y en la parte alta del pueblo, la “Casa Rural Luna Menguante(www.luna-rural.com), es una excelente propuesta para un completo relax.


Casi lindando con Portugal (a solo 16 km) se hace imprescindible pasar por Valverde del Fresno. El pueblo no tiene nada que envidiar al resto de los de la zona aun no disponiendo de la magia que desprenden los antes mencionados, aun que lo suple con una encomiable apuesta por la cocina. Y no tengas dudas de que lo han conseguido. En una estrecha calle del centro del pueblo, la de Francisco Pizarro, se localiza el “Bar Inocencio”, en funcionamiento desde los años 40 con oferta de la denostada casquería y amplio surtido de raciones, actualmente está regentado por las hermanas Sonia y Lidia, que han conseguido mantener la tradición culinaria pero adaptándola a los tiempos actuales, con unos precios excelentes.


Pero hay más en Valverde del Fresno. No busques excusas y haz un alto en la Avenida de Portugal y entra en “Casa Laura”, pequeño y acogedor negocio familiar en el que Fátima y José elaboran con esmero y mimo comida casera, partiendo de productos de su propia huerta y de explotaciones de la zona. En la cocina y realizando una labor esencial, siempre está atenta Laura, madre de Fátima. Entre los tres han conseguido mostrar platos increíbles (el bacalao espectacular y las croquetas deliciosas) a la vez que sencillos y presentados con esmero. Los postres es mejor que los descubráis vosotros. Y la cuenta no se dispara, pero lo mejor sin duda es el trato que nos dan ellos. Excelente.


Y si tomáis la decisión de alojaros en Valverde del Fresno, no dudéis mucho y hacerlo en el Hotel A Velha Fabrica (www.avelhafabrica.com), precioso hotel rural en el que aprovechando las instalaciones de abandonadas de una fábrica de tejidos y aceites, han conseguido crear un espacio tan bello y cómodo que su estancia en él se hace imborrable. Las 18 enormes y acogedoras habitaciones repartidas en dos edificaciones, algunas de ellas con acceso independiente, junto con las muy desahogadas zonas comunes convierten la estancia en un eterno disfrute. Para completarlo, dispone de terraza, piscina, jardines, aparcamiento, bar y un restaurante increíble en el que la experiencia gastronómica pone el acento en unos productos excelentes, cocinados con mucha imaginación. No dejar pasar la ocasión de probar sus envidiables boletus, el original pulpo o las ensaladas aderezadas con ese magnífico aceite de la zona. Totalmente recomendable.


Entre las idas y venidas por las poblaciones de la zona, en algún momento habrás de pasar por el pueblo de Gata. Pues haciendo un alto en él y si es la hora de comer algo, acude al Restaurante- Asador “El Lagar”, en la calle Humilladero, un local amplio y tranquilo en el que el buen hacer en la cocina de Sonia y Lorena con su ensalada de naranja deliciosa y sus pimientos asados te hará tardar en levantarte de la mesa. Y la Ermita del Humilladero a 50 metros de El Lagar, merece una pausada contemplación. Y en el Termino Municipal de Eljas, junto a la carretera EX­205, un alojamiento para el disfrute y el relax más absoluto, La Almazara de San Pedro (www.almazaradesanpedro.com). Hotel y Spa con baños árabes privados, piscina balinesa y sin rígidos horarios a los que atenerse con un personal amable al máximo. Y su cocina, excelente, con platos de productos extremeños y diferentes cada día, realizados con tiempo y mucho cariño por Carmen. Una experiencia inolvidable solo para adultos.


Pero como todo no debe ser comer y dormir, un rato de diversión nunca viene mal. Para ello, nada mejor que unos paseos a caballo en la finca El Pocito de Villasbuenas de Gata (www.rutasecuestres.com), con unas instalaciones más que dignas para los caballos, donde son cuidados con esmero y dedicación plena. Así podremos disfrutar de los variados encantos de la Sierra de Gata, pues varias son las rutas que podremos realizar y con duraciones de horas o días. Igualmente, en la finca se dispone de Posada para alojamiento si así lo queremos, todo ello perfectamente orientado y dirigido por Rafael Alcocer y su socia Nina. Y si nos hemos vuelto comodones, también podremos recorrer la zona en vehículos todoterreno con la empresa Sierra de Gata en 4x4 (www.sierradegataen4x4.com), rutas accesibles para descubrir el parque cultural y que por poco dinero nos mostrara las maravillas de la zona, incluso llegar hasta donde no imaginamos.


En definitiva, toda la comarca que se engloba bajo la denominación de Sierra de Gata, no dejara de sorprenderte. Artesanía, restauración, enología, hotelería, etc., son una parte más de las aventuras empresariales que dan impulso a estas tierras. Pero además de los reseñados, merece la pena destacar, el proyecto ganadero de Wagyu Ibérico (www.wagyuiberico.com) que se desarrolla en la Finca el Campete, dentro del término municipal de Santibañez el Alto, y en la que crían este casi desconocido animal traído desde Alemania, cruzado con vaca autóctona de la zona y criado completamente en una dehesa de 1600 hectáreas, el buen hacer de Alfonso Cobaleda, en representación de su familia, empieza a dar los frutos merecidos.


También en Moraleja la empresa de productos silvestres Julián Martin (www.prosiljuma.com), es un claro ejemplo del afán emprendedor de sus gentes. Allí una moderna factoría familiar de productos silvestres se dedica a la comercialización de setas, desde donde se envían a todos los rincones de Europa en unas condiciones perfectas de conservación.


Y la declarada en 2017 como la mejor Almazara de España, Almazara “As Pontis” (www.aspontis.com) en Eljas, donde se produce aceite de oliva virgen extra de manzanilla cacereña. Empresa con 10 años de vida que pero que ya ha conseguido situarse a la vanguardia de la calidad de los aceites, a pesar incluso de no tener una producción muy extensa.


Pero todo esto sería un espejismo si no estuviera impulsado por las personas que hacen posible el milagro. Gente amable y generosa con el visitante, en el que vuelcan todo su esfuerzo para conseguir que esta zona olvidada durante años, ocupe el lugar que le corresponde en el mundo. Y todo ello en un marco de naturaleza incomparable que, en otoño especialmente, despliega una variedad increíble de colores. Por ello, los sueños de Otoño en Sierra de Gata, se cumplen.