jueves, 4 de diciembre de 2014

Tánger, Tetuan y Chauen. La huella Española en el Rif

TANGER, TETUAN Y CHAUEN 
RECORDANDO LA HUELLA ESPAÑOLA EN EL RIF


Mucho tiempo hace ya que la zona norte de Marruecos dejó de estar bajo dependencia de España. La zona denominada “El Rif”, constituyo el llamado Protectorado Español de Marruecos, y se extendía desde el Océano Atlántico hasta dejar atrás la ciudad de Melilla. Un enorme territorio abrupto y difícil de cohesionar, pero clave para los intereses de España en la zona y que mantiene aun bastantes reminiscencias de lo que fue la vida de sus habitantes en esos años.
 
La Medina de Tanger
Tras unas épocas en que se decretó el “olvido” de la huella Española en sus principales ciudades, hoy en día vuelve a resurgir tímidamente la cultura Hispana en ellas. La Gran prioridad que marca el Instituto Cervantes por mantener nuestras señas de identidad, se complementa con diversos institutos de enseñanza media y colegios Españoles, que proporcionan clases en Español. Si a ello agregamos que el Gobierno Marroquí mantuvo hasta hoy en día la arquitectura colonial Española y la mejoró en lo posible (a la espera de la rehabilitación del Gran Teatro Cervantes de Tánger), nos encontramos en la actualidad con que una vista rápida a sus ciudades, nos lleva a hacernos una idea de que la Huella Española en el Norte de África se mantiene viva.

Tánger es quizás la ciudad más internacional de Marruecos, a ella se accede muy fácilmente bien por las múltiples conexiones en ferry desde Algeciras y Tarifa o a través de su aeropuerto internacional, con varios vuelos desde ciudades Españolas. Bañada por el Atlántico y El Mediterráneo, recibió durante siglos diferentes culturas y civilizaciones que en ella dejaron marca en su Kasbah y su Medina. No es esta ciudad para recorrerla rápido, la amplitud de sus zonas viejas y el enorme crecimiento surgido en sus alrededores nos llevará más de dos días si queremos recorrerla como se merece.
Medina de Tanger

La Kasbah era el lugar inicial de residencia de sus habitantes. En ella se encuentra la Mezquita Bit-El-Mal con un minarete de ocho lados grandioso y bello, el Palacio del Sultán hoy convertido en Museo, la antigua Tesorería y la Puerta del Mar, con una visión perfecta del estrecho de Gibraltar.

La Medina es la zona comercial por excelencia de la ciudad. Calles estrechas que desembocan el pequeñas plazuelas atiborradas de gente durante el día y que nos darán la ocasión de tomar algún refresco, un té o una comida excelente en las terrazas que en ellas se localizan (especialmente las de la Plaza del Zoco Chico), mientras se disfruta de la ingente variedad de artesanía típica (cueros, telas, cerámicas, etc.), especias  y del bullicio intenso que es su seña de identidad.

Con una extensa oferta hotelera para hacernos agradable la estancia, podremos elegir el Hotel Minzah (www.elminzahleroyal.com), junto al Zoco Chico, simplemente excelente y por el que han pasado muchos personajes famosos y cuyo recuerdo cuelga en las paredes de sus bellas instalaciones. Otros hoteles más terrenales son los de la cadena Atlas (www.hotelsatlas.com), ubicados en la parte nueva de la ciudad y que nos ofrecen todo lo necesario para pasar unos días de calidad. Hay gran variedad y tipos de hoteles en ella, desde muy básicos a muy lujosos y en su zona nueva no tendremos problemas de encontrar el que más nos convenga.
Teatro Español de Tetuan

Con menos facilidades de acceso (por carretera a través de Ceuta) pero con una mayor presencia de recuerdos Españoles, nos encontramos con Tetuán. Conocida también por “la Paloma Blanca”, tiene su origen en los Judíos y Musulmanes que salieron de Granada tras ser tomada en 1492 y cuya Medina esta declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y con claro estilo Andaluz. Las construcciones coloniales Españolas se concentran en el llamado Ensanche, con estructuras de principios del siglo XX y cuyo eje principal es la Avenida Mohamed V, donde se sitúa el Consulado Español en un magnifico edificio.

Entre la Medina y el Ensanche encontramos lo más digno de visitar, El Museo de Arte Marroquí, el Arqueológico, el Palacio Real (antiguo Palacio del Jalifa), el magnifico barrio Judío, la Plaza de Mulay Mehdi (antes de Primo de Rivera) con la Iglesia Católica de Ntra., Sra., de las Victorias y los restos de la muralla que alberga la Medina. Todo ello será posible verlo empleando como máximo un día y nos permitirá hacernos una idea de su afamada y bella historia.
Tetuan

Pero si hay una ciudad con verdadero encanto en el Rif, esta es Chauen (o Chefchaouen, como se denomina en la actualidad). Asentada en las laderas de dos cumbres montañosas, lo cual da origen el nombre de la ciudad (en bereber, cuernos), impresiona y satisface el color azul que domina en su medina, respetada y mejorada en lo posible por los Españoles que allí se asentaron. Pasear por sus empinadas y estrechas callejuelas, perfectamente empedradas, mirar la variedad de color que las inunda, el blanco de las paredes, el azul de las puertas y el ocre de los tejados, nos deja una visión increíble.

En sus calles se agolpan multitud de negocios (hoy en día orientados al visitante), desde artesanía diversa a especias, joyas, madera, pinturas, etc. Todos ellos nos saldrán al paso desde el inicio del recorrido desde la parte más alta de la medina, donde empieza la canalización del agua del denominado “Ras El Maa” hacia su calles, por las que sus habitantes van y vienen a paso corto y lento (debido al desnivel) sorteando el adoquinado existente, para converger en la Plaza Outa El Hamman, la principal de la ciudad y dominada por un gran árbol y una fuente, y en la que se asienta la Gran Mezquita, frente a una serie de restaurantes pequeños y agradables, y en cuyas terrazas hemos de hacer un alto. De esta forma, la medina ha conseguido llegar intacta a nuestros días y no seria perdonable dejarla perder.
Chauen

En las cercanías de Chauen (a 10 Km) podremos gozar de las exquisiteces culinarias de la zona, en un pequeño Hotel-Restaurante, El Aubergue Dardara (www.dardara.ma), donde su propietario, El Hababi Jaber, nos atenderá de forma extraordinaria.

Para una primera incursión en el Rif, nos basta con visitar lo aquí reflejado. Dejamos para futuras visitas otras ciudades como Larache, Arcila, Alhucemas o Anual. Hemos encontrado unas ciudades hermanas, donde no nos sentiremos excesivamente extraños y nos recordaran un pasado más nuestro de lo que imaginamos. Nos entenderemos en Español sin problemas y en todas las localidades encontraremos comercios, negocios y edificios serigrafiados en nuestro idioma y con nombres muy allegados. Las comidas, como todas las de Marruecos, excelentes, y se van abriendo paso los restaurantes de comida internacional confeccionada y condimentada a sus gustos, con lo que el resultado nos sorprenderá. Y lo ya comentado, la estructura de las ciudades y sus edificios nos recuerdan nuestro país en todos sus rincones.


Está muy cerca y es muy fácil conocerlo.

El Oriente Asturfiano

Asturias Oriental
Entre las Sidras y las alturas míticas

Si nos situamos en el Cabo de Peñas (espacio protegido por las aves que lo pueblan), estaremos en el punto más septentrional de Asturias. Un enorme acantilado de más de 100 metros contra el cual baten las olas y los vientos, coronado por su ingente faro que desde mediados de 1800 indica la proximidad de tierra a las embarcaciones.
Plaza Mayor de Gijon
Sin apenas darnos cuenta Luanco nos sale al paso. Ciudad marinera desde sus orígenes, fue hasta hace años un prospero puerto pesquero con industrias derivadas (conservas, salazones), aunque en la actualidad ha dado paso a la lucrativa y tranquila “industria turística”. La playa de la Ribera es su centro neurálgico y a su alrededor fue creciendo la ciudad, sirviendo como eje la llamada Cuesta del Reloj y que une la Playa con el centro urbano, lo que permite admirar las construcciones que en ella se encuentran.
Atravesando Candás, antiguamente el puerto con mayor trafico de Asturias, y Perlora, rápidamente nos introducimos en la vorágine de Gijón. Nos recibe una ciudad con amabilidad para el visitante, grande (eso si) pero cómoda de pasear y de disfrutar. El barrio de Cimadevilla se adentra en el mar separando la ciudad en dos zonas. A la izquierda el Poniente, en el que se ubica el magnifico puerto deportivo, y a la derecha emerge majestuosa la Playa de San Lorenzo. En Gijón vio la luz el insigne Gaspar Melchor de Jovellanos, convertido posteriormente en el guía del desarrollo de la ciudad. Su esplendida Plaza Mayor rápidamente nos desemboca en la Playa de San Lorenzo, que nos recibe hermosa y grande tras bajar a ella por la “Escalerona”. En sus alrededores encontramos la plaza de El Parchís, el paseo de Begoña, la Iglesia de San Lorenzo, el teatro Jovellanos, El barrio de Cimadevilla (con monumentos y construcciones que nos llevan a evocar los orígenes de la ciudad). Entre los diversos atractivos a visitar en Gijón, no debemos dejar de ver la Torre del Reloj (con un mirador sobre la ciudad y exposiciones constantes sobre ella), las Termas Romanas y diversos Museos (Ferrocarril y Minería) unidos por el llamado Tren de los Museos, cuyo trayecto nos permite disfrutar de vistas muy atractivas y que sin él pasarían desapercibidas. Hemos de completar la visita a la ciudad con la multitud de parques que nos salen al encuentro y que son una delicia que permitirá un descanso de lo más atractivo. Todo tipo de restaurantes encontraremos por Gijón, para todos los bolsillos y todas las necesidades. Cualquiera de ellos nos permitirá saborear las delicias de la zona.
Tazones
Recuperado de nuevo el camino, rápidamente se nos muestra Villaviciosa. Su enorme ría marca de forma definitiva los avatares de la ciudad junto con ser la sede de la afamada Sidra El Gaitero (cuyas antiguas instalaciones son visitables). La Playa de Rodiles, en el extremo oriental de la ría, dispone de más de 1 km de arena flanqueada por una enorme arboleda, lo que la convierte en una de las más visitadas de Asturias. Merece la pena destacar en la ciudad, el Mercado de abastos, una preciosa construcción donde se siguen vendiendo productos directamente del agricultor. En las proximidades encontramos el Monasterio de Valdedios, con visitas guiadas a diario y que dispone de un Hostal de Peregrinos (ideal para caminantes a Santiago). Mención aparte y de visita obligada es Tazones. Bello enclave pesquero convertido hoy en templo gastronómico y que podremos disfrutar en cualquiera de la multitud de restaurantes que se agolpan a lo largo de su calle central (Aldea del Gobernador).
Lastres
Abandonando Villaviciosa por la N-632, llegamos a Colunga, punto de partida para visitar el ya asentado Museo del Jurasico de Asturias, donde recibiremos información de la antigua presencia de Dinosaurios en la zona, la playa de La Isla e iniciar en recorrido que nos lleva a Lastres, bello pueblo costero y donde podremos rememorar las andanzas del celebre (en la ficción) Doctor Mateo. Alojarse en el hotel Palacio de Luces (www.palaciodeluces.com) o comer en su restaurante, nunca estarán de más.
También en Colunga arranca la carretera AS-260 y que nos lleva tras un bella “subida y bajada” (pararse en el Mirador del Fito y observar la grandeza de los Picos de Europa, no tiene precio) hasta Arriondas, localidad marcada por el Rio Sella y punto de partida para las excursiones en piragua por él. Los fines de semana, cuando el clima lo permite, un ejercito de piragüistas se afanan en palear emulando en mítico Descenso del Sella y llegar a Ribadesella, donde después de despojarnos de los atavíos propios de la piragua podremos acercarnos a la Cueva de Tito Bustillo a admirar el arte rupestre que allí se conserva.
Si en vez de navegar por el Sella decidimos alguna actividad más mundana, desde Arriondas hemos de ir a Cangas de Onis (nos impresionará su puente romano del que cuelga la Cruz de la Victoria), para acercarnos a la Basílica de Covadonga y visitar a la Santina que nos recibirá en su gruta. Una vez cumplidos los preceptos espirituales del lugar y siguiendo la misma carretera (una tortura para ciclistas e incluso para vehículos), los lagos de Enol y de La Ercina, nos darán el descanso merecido. Indescriptible la belleza del lugar.
Playa de San Lorenzo
Acabaremos nuestra ruta el Llanes, villa marinera enclavada en la costa dispone de un casco antiguo “Monumento Historico-Artistico” y un puerto que fue elegido como ubicación para ubicar los “Cubos de la Memoria”, obra arquitectónica de Agustín Ibarrola. Pero Llanes también es (al igual que otras localidades próximas) depositaria de las herencias dejadas por los Indianos y que se manifiestan en la diversidad de casas construidas por estos, playas como la de Sablón y los paseos por sus acantilados (el de San Pedro es espectacular), el de San Antón o la senda del rio Carroceu. En la cercana localidad de Colombres podremos visitar el Museo de la Emigración, ubicada en una magnifica Casa de Indianos y que nos deparará una visión certera de lo que la emigración suponía para los habitantes de la época.
Tras visitar Colombres, termina Asturias por su costa Oriental pero la belleza se prolonga en territorio Cántabro, San Vicente de la Barquera, Comillas, Cóbreces o Santillana del Mar se encuentran próximos y no nos defraudarán si decidamos visitarlos.
Hemos recorrido la costa Oriental de Asturias, hacerlo de una tacada no es fácil ni aconsejable ni nos brindaría el tiempo mínimo para conocer algo de los lugares visitados. Hoteles de todas las categorías y restaurantes para todos lo gustos (y bolsillos) encontraremos en esta parte, acomodarse en ellos y disfrutarlos también es parte del encanto que nos proporciona la zona (tanto la rural como la urbana).

Os dejo a vosotros la elección.